lunes, junio 01, 2009

El antes como antes


Acaso estar sentado mirando el mar mientras piensas cómo vas a empezar a cambiar lo que te rodea, ¿no es estar trabajando?, o ir por la calle con prisas haciendo las mil gestiones del día y terminar en el supermercado y mientras  seleccionas la fruta estás pensando en un mecanismo de hacer la compra que sustituye el actual y en el que se ahorra el suficiente dinero como para que triunfe, ¿no es estar trabajando?, o cuando estás paseando por la avenida escuchando el mar y mientras vas confeccionando el boceto de un  proyecto que si se llevara a cabo movería las entrañas de todo aquel que lo viera, ¿no es estar trabajando? 

Entonces, ¿por qué me dices que me una a ti en tu tarea diaria?, ¿por qué me dices que la dirección correcta es la tuya y la mía es pura fantasía?, ¿por qué cuando te encuentras en un atasco salta tu ira a los cinco segundos mientras yo permanezco impasible?, ¿por qué al llegar a casa saludas sin más a tu compañera porque no hay más mientras yo continúo en paz?, ¿por qué me dices que un mundo mejor es cosa de "progres" y que aquí las cosas son como son y sino te gustan hay que tragárselas mientras yo voy construyendo los pilares de mi pequeña revolución? 

Yo te diré por qué, porque otra manera de vivir existe. Porque la normalidad es subjetiva y las sendas a recorrer son múltiples, y la valentía que hay que tener para transitar la que te corresponde habita en todos nosostros, pero no todos nosotros hemos recurrido a ella. 

Discurre el antes como antes, en un viaje inesperado pues el turismo hacia el interior parece que está de moda. Discurrir el antes como antes es requisito sine qua non para los que quieren educar. Antes no habían ordenadores y éramos un desorden mundial, pero en medio de aquella marea todo estaba allí, esperándonos.

Espero que lo hayas entendido, discurrir el antes como antes es un peregrinaje voluntario, un safari asequible, pero aún me tiemblan las piernas cada vez que pienso en que pueda acertar de una vez...