domingo, marzo 18, 2012

A los #nimileuristas de cualquier edad


Hace unos días pudimos leer en un artículo de el diario El País, titulado Generación "nimileurista" en el que se relata de manera escalofriante la situación laboral actual de los jóvenes en España que, no sólo está en situación precaria, sino tal situación ha empeorado respecto a hace 10 años debido a la crisis económica, dando cifras tan demoledoras como que el paro juvenil está al 50%, duplicando a la media europea.

Peor lo tienen los recién licenciados. Nada más salir de la universidad es normal que te acoja la primera crisis existencial de tu vida: "¿Y ahora, qué?", unido a que los puestos de trabajo para ellos son los de becario mal o nada remunerados.

No voy a entrar a desgranar el artículo de El País párrafo por párrafo, sólo apuntar que hace 10 años yo vivía en Madrid, tenía carrera, másters del universo, idiomas varios, y nunca cobré más de 900€, con lo que creo que la situación está igual, y este dato es igual de negativo.

Pero ¿qué ocurre por otro lado? pues que leo estudios como el del portal de empleo Monster, del 2010, en el que sacan a relucir una cifra, para mi gusto, aún más demoledora: El 72% de los españoles quiere ser funcionario, y sólo el 4% empresario. Es decir, 3 de cada 4 españoles quiere ser empleado público, 17% por vocación y un 55% por recibir un sueldo seguro mensualmente y disfrutar de honorarios cómodos. Pero esta mentalidad no es por culpa de la crisis, sino que forma parte de la cultura de nuestro país.

¿Puede ser que a nuestro país le falte la verdadera actitud luchadora y que nos hayan inculcado toda la vida que un puesto seguro era lo mejor que nos podía pasar?, ¿cabe la posibilidad de que todavía hayan muchas personas que no estén dispuestas a trabajar más para poder cambiar su futuro?

Encontrar un buen trabajo no es fácil, pero es que nunca lo fue. Tenemos que tener en cuenta una cosa, y es que siempre hay que pasar por un abismo hasta encontrar aquello que realmente buscamos, y tenemos que tener la suficiente capacidad de sacrificio para pasar por ello sabiendo que forma parte del objetivo, porque es el abismo el que nos va a llevar a conseguir nuestra meta.

¿Dónde está el límite? En saber cuándo dar el salto y salir de él. En saber ver la oportunidad, porque te la has estado creando durante bastante tiempo, y dar ese salto con pértiga que te lleva donde querías.

Pero antes de todo esto hay una fase por la que hay que pasar. Es la fase. Es el período de tiempo reservado a mantener un diálogo introspectivo. Un viaje a las profundidades de tu persona para conocerte y extraer tu propia esencia, porque sólo así sabrás qué es lo que quieres conseguir en la vida, y tus obras estarán caracterizadas por tu originalidad.

En caso contrario, sucederá lo que Tolstoi denominaba "cerebro girado", una obra carente de sinceridad y talento, por lo que no generará interés.

Cada ser humano tiene algo importante que expresar, posee algo original, suyo propio, y está dotado de talento. No importa que hable de sí mismo o de los demás, de un tema o de otro. Lo importante es que sea su verdadero yo quien se exprese, y no el yo que piensa o que desea ser. Ese es el secreto del hechizo, de la fascinación porque se ha adquirido autoconfianza, y es uno de los elementos clave para brillar con luz propia.

Y cuando lo descubres, se suma por inercia el último ingrediente mágico: la capacidad de trabajo.

¿Cómo empezar? Céntrate en ti. Vuelve a tus orígenes, ¿qué es lo que más te gustaba hacer cuando eras niño? Pregúntale a tus padres, a tus hermanos mayores... ¿te recuerdas gritar de emoción ante un regalo en especial? en nuestra infancia hay muchas pistas acerca de nuestro talento escondido.

¿Te imaginas haciendo algo con tanta emoción que el paso del tiempo no existe? ¿te imaginas tan pletórico y lleno de energía que los pasos se dibujan solos? Tu mente dibujando los trazos de aquello que quieres ser con todas tus fuerzas. ¿Te imaginas el reconocimiento de los demás? ¿y tu emoción? palpable, tus ojos se llenan de lágrimas al imaginártelo.

Imagínatelo todos los días. No sabes el qué, pero da igual. Ya estás en el proceso, ya lo has llamado, y ya está en camino. No importa que haya precariedad a tu alrededor, que tu trabajo sea lo peor, que estés en el paro, que no sepas qué hacer con tu vida. Eso te dará las fuerzas para salir de ahí, pero no te va a importar porque hay algo, una fuerza que no te deja parar. Ya empiezas a hacer las cosas con inteligencia y amor. El amor en cada cosa que hagas es tan, tan importante... Deja la huella imborrable de cada obra tuya. Empezarás a querer a todas las personas que te encuentres en tu proceso porque ellos son tus maestros.

"La imaginación es el Cuerpo Divino en cada ser humano" William Blake.

¿Pero cómo? Usa tu poder creativo, déjalo salir. Entrégate al ocio improductivo para que broten tus ideas y se vaya dibujando tu camino. No peques contra ti mismo, exponte al mundo sin miedo y sonríele como nunca has sonreído a nadie. Te querrás tanto, te sentirás tan lleno de luz y de fuerza al irte descubriendo... y eso es felicidad.

En esta fase no seas prudente, y si no lo eres nunca más, ¡mejor! La prudencia seca la imaginación, la pasión, la libertad y el entusiasmo, que es lo que debe primar sobre todas las cosas.

"Es bueno saber que en el interior de cada uno existe oculto un poeta dormido, siempre joven y lleno de vida". Alfred de Musset

Esa energía es la más potente que hay en la faz de la tierra. Debes invocarla rompiendo con todos los victimismos, rompe con las culpas, rompe con las malas noticias, ni las veas, ni las oigas, ni te las creas. No cuentes tus planes, son sólo tuyos. Levántate todos los días sintiendo que ya lo has conseguido, aunque no sepas lo que es. Aprende a situarte encima de las preocupaciones para poder actuar con lucidez. No escuches a nadie, sólo a ti. Aléjate mentalmente todos los días de todos los conocidos que te critiquen, que se burlen o duden de ti, y trabajarás durante horas sin caer en el desaliento.

Y cuando te caigas, te caerás con todo el equipo. Y lo harás muchas veces, pero observa el dolor y hazlo tu aliado. No hay victoria sin dolor, pero ese dolor te hará aun más noble y te enseñará muchas cosas.

"¡Sé valiente!, ¡Transfórmate en un león!, ¡Transfórmate en un pirata! Hazlo siempre que te entregues a este proceso..."

Aprendí que para hacer lo que más deseaba no debía sentirme como una experta inteligente y aplicada, sino como cuando corría por la laya, como alma que lleva el diablo, convencida de que todo era posible. O como cuando jugaba por las calles de mi barrio y me sentía libre de todo y llena de emoción.

Pregúntate muchas veces, ¿qué me está sucediendo ahora? ¿qué estoy pensando en este momento? para poder hablar desde el presente, sin recurrir a la memoria. Eso es pura creación.

Y cuando llega ese momento, en el que detectas en qué eres el mejor, es cuando puedes confeccionar tu propia profesión ofreciendo lo mejor de ti.

Que la vida no te machaque para tengas que reaccionar. Aprende a arrancar con fuerza, una vez que lo hagas nunca te olvidarás, pero aprende también a parar.