martes, marzo 30, 2010

Cómo me entrego a las redes sociales


Las redes sociales son unas herramientas muy potentes para poder confeccionar tu propia vida, tu futuro, tu profesión y tu vida sentimental. Tú eliges. Resulta interesante observar el avance de muchas personas a través de las mismas, pues se nota quién han diseñado una estrategia, antes de meterse en el meollo, para conseguir lo que quieren.

Pero lo que yo me pregunto es...¿hay una actitud correcta a la hora de colocarse delante de un teclado y zambullirse dentro de las redes? como dije en el párrafo anterior, todo depende de lo que quieras alcanzar a través de las mismas, pero desde luego, si quieres labrarte tu futuro, hay que entrar en las mismas con una actitud definida por uno mismo: tu actitud.

Esta manera de afrontar y esculpir tu vida requiere de unos ingredientes mágicos: Creatividad e imaginación. Y, en contra de lo que piensa mucha gente, el proceso de encontrar tu propio idioma no es un proceso caracterizado por el sacrificio, ni la extenuación, sino es un proceso que requiere momentos diarios de soledad, momentos de diálogo con uno mismo, concretamente con ese Yo que todo lo puede, con ese Yo que sabe que eres un crack y que vas a por todas.

La imaginación y la creatividad llegan despacito, y cuando estamos relajados. Hay que tener en cuenta una cosa muy importante que yo he aprendido en mis más de dos años de reinvención a través de las redes: Hay que ser conscientes que sólo en la calma se consiguen resultados con valor.

Llega la hora de colocarse delante del ordenador. Nos conectamos y vemos toda esa info que nos viene de golpe, ¡¡como un tsunami!! Lo primero que hay que hacer: seleccionar.

¿Dónde queremos llegar? ¿Quiénes son nuestros referentes? Seleccionemos la info que nos va a ayudar a conseguir ese objetivo de vida que nos hemos planteado y concentrémonos en el mensaje que te está transmitiendo. A veces no sólo hay que leer, sino que también hay que observar a las palabras, tanto su significante como su forma escrita. Imprégnate de su mensaje, porque te va la vida en ello.

Llega la hora de escuchar y hablar a los demás. Importantísimo momento. Es el momento de la empatía, de la comprensión. Olvídate de tus problemas y de tus ansiedades, tu esencia tiene que estar presente al 100% porque debes escuchar y sentir cada palabra que escriben las personas que te importan, las que has elegido leer. Las entiendes, captas su estado de ánimo y les hablas desde el presente. No desde la memoria, ni desde recursos que has leído en libros, ni desde el recuerdo de una conversación brillante que leíste o escuchaste, porque no la recibirán como tal. Debes hablarles a través del teclado desde el presente, que es cuando nace y emerge el poeta que hay dentro de todos nosotros, el genio creativo. En resumidas cuentas, desde tu verdad.

Es por este motivo por el que es tan necesario mantener ese diálogo introspectivo al que me refiero en todos mis posts. Es fundamental porque estar conectados con nuestro interior es sinónimo de fuente inagotable de recursos y, por lo tanto, de éxito en nuestras hazañas.

Las comunidades online en sí mismas, son seres con vida propia. Se enfadan, se manifiestan, reclaman su lugar, te piden que las escuches, se expresan de todas las maneras, muestran ternura y agradecimiento. Hay que tratarlas como tal, como seres vivos que son, con delicadeza (que no con debilidad), y con mucha comprensión, y para ello es necesario que nos entreguemos al ocio improductivo, a la soledad y al encuentro con nosotros mismos y, así, dejar salir a nuestra creatividad e imaginación para poder tener nuestro sello personal e intransferible a la hora de actuar y así lograr esa meta que nos hemos propuesto.

Y, desde luego, perseverancia y trabajo, pero sin buscar la perfección, pues ésta es una pérdida de tiempo porque se pierde la espontaneidad del momento, y eso se nota muchísimo.

Como ven, buscarse la vida a través de las redes sociales requiere trabajo, constancia, una estrategia bien elaborada y, sobretodo, autenticidad y transparencia, y esto sólo se consigue con diálogo interno.

Buena suerte a los que están en ellos, aunque sinceramente, ¡¡este es un proceso que dura toda la vida!!