miércoles, julio 20, 2011

Los profesores sólo pueden impartir una parte de la materia II


Hace mucho tiempo que quería escribir un post acerca de la docencia en mi campo, en el que soy una mera aprendiz de profesora, que es el Social Media, pero todas las ocupaciones diarias me absorben sin poder actualizar este blog tanto como quisiera, pues más que una obligación, es un placer escribir en él y poder contar mis experiencias.

Llevo en el campo de la docencia escasamente un año, pero es algo que llevo interiorizado desde que era una niña. Uno de mis mayores sueños siempre fue ser una apasionada profesora que lo daba en sus clases involucrando a sus alumnos en la totalidad de la materia, como algunos profesores hicieron conmigo y mis compañeros de universidad.

Desde que Aerco me dio la oportunidad de ser profesora por vez primera, he vivido muchas experiencias siendo docente, desde alumnos que han vislumbrado su futuro, hasta rebeliones por querer hacerlos trabajar mucho (que ahora las recuerdo con una sonrisa), debo decir que es una vocación que sólo me trae satisfacciones y me obliga a la autosuperación continua.

Lo primero que intento hacer en mis clases es conectar la teoría con la escuela de la vida, porque siempre hay una situación en la vida que nos explica mejor aquello que la teoría sólo nos cuenta de manera plana. Conectar la teoría con la escuela de la vida y asumir siempre la responsabilidad individual de todos tus trabajos, incluídos el mío. No valen las excusas. Hay que asumir la responsabilidad del trabajo mal hecho y del bien hecho. Y créanme que esta parte es una de las que más se resisten.

La vida es una fase beta constante, y en la docencia aún más, pues siempre habrán situaciones que te sorprendan sin saber cómo reaccionar, pero donde más me he encontrado resistencias ha sido cuando he manifestado claramente que nunca les daré el trabajo hecho, sino que tienen que investigar, indagar y trabajar mucho. La curiosidad es un don, y muchos la tienen mermada por la costumbre de obtenerlo todo sin esfuerzo alguno, pero basándome en mi propia experiencia, los profesores benévolos que no nos obligaban a estudiar demasiado y que nos lo daban todo masticado no eran de los que más aprendíamos, más bien lo contrario.

Recuerdo con mucho cariño a mi tío Federico, catedrático de Derecho Penal y profesor mío. Me dio caña por todos los lados. Llamaba a mi madre para decirle los días que me había quedado dormida y no había ido a clase, me suspendió varias veces y me examinaba en tribunal, para que nadie dijera que había trato de favor. En los exámenes me miraba serio y me indicaba con el dedo índice el sitio exacto donde tenía que sentarme. Recuerdo un día que fui a su casa a ver a mi prima y a mi tía y él estaba preparando el examen, y le pregunté, tío Fede, ¿el tema 1 lo vas a poner? y él me dijo que no, que era muy simplón y que los demás eran los importantes. El día del examen, primera pregunta tema 1. Lo peor es que me miraba riéndose en plan... ¿no querías caldo? pues toma dos tazas.

Con él aprendí más que con ninguno, pues me hizo trabajar como a la que más, pero la lección más importante fue la de entender que si yo no trabajaba no iba a ninguna parte ni iba a conseguir nada en la vida, pues todo ese esfuerzo se materializó en mi cabeza como autoestima y autosuperación. Y esto es justamente lo que le quiero transmitir a mis alumnos, que sean curiosos, que cometan errores y que hablen honestamente de sí mismos, pero todo esto requiere exponer toda nuestra vulnerabilidad, y nos han educado justo para lo contrario, pero quizás debemos empezar a plantearnos el coraje de ser imperfectos y mostrarlo abiertamente.

Siempre me ha gustado comparar al Community Manager con un director de orquesta de música clásica, pero al profesor también porque muchos son verdaderos maestros y psicólogos, y no se andan con tonterías ni flojeras con sus músicos/alumnos. Observando muchos vídeos sobre cómo imparten sus lecciones, he aprendido dos cosas fundamentales:

- Incrementar la curiosidad de los alumnos.
- Hacerlos aprender con la práctica, mediante el propio descubrimiento.

Como dice el maestro Celibidache, entender no es la palabra, pues cuanto más lo entiendas menos estás dentro. Se trata de sentirlo. Es es... sentir. Y sólo se siente experimentando uno mismo, y es de esa manera que el maestro sabe que seguirá habiendo música después de él.

También apela a la psicología de la repetición y sintiéndolo desde dentro. Y tal y como dice en este vídeo, he creído en muchos alumnos, pero sólo ellos pueden lograrlo.




Traslademos esta magistral lección al Social Media. Me veo en la absoluta obligación de hacer trabajar y experimentar a mis alumnos para que cuando salgan a la jungla puedan demostrar que ellos sí saben, y que tienen interiorizadas las lecciones, es por eso que todos los trabajos que realizan siendo profesora de Inesdi están basados en empresas reales, y deben lidiar con los empresarios y hacer frente a todas las dificultades desde los primeros días.

Es una gran responsabilidad inculcar curiosidad a los alumnos, porque la más curiosa debo ser yo, y transmitirles la pasión por la curiosidad y que no les importe admitir que han fallado. El panorama más desolador es ver a 20, 30 alumnos sentados bostezando haciendo que escuchan y con el único objetivo de obtener un título. Que esto no ocurra es sólo responsabilidad del profesor.

AUTENTICIDAD.

Nuestro trabajo es comunicación. Tenemos la obligación de encontrar nuestra propia voz, nuestra propia manera de comunicarnos. Si no hay un ser humano igual en todo el planeta, sino compartimos ADN con nadie más, por fuerza somos originales. Buceemos en el interior en busca de esa autenticidad, porque esa es la única forma de encontrar la conexión con nuestra comunidad, y sin conexión no hay sentido.

Hay una película que realmente me impactó. Rythm is it! El Ritmo es así!. Se trata de una escuela de un suburbio en Alemania. 250 alumnos interpretarán un baile bajo la dirección de Royston Maldoom y música de la filarmónica de Berlín dirigida por Sir Simon Rattle. El profesor de baile se presenta el primer día y les dice: "¡Soy muy duro, para algunos de ustedes esto puede resultar un shock!" Esta frase me apasionó, pues enseguida entendí lo que transmitía. No había otra manera de inculcarles que trabajando se conseguía todo, y si encima estaban dirigidos por un maestro... tenían que darse cuenta del gran privilegio.

Otra de las grandes frases pronunciadas por el maestro fue que no creyesen que sólo estaban bailando, pues una clase de baile podía cambiarles la vida. Y es verdad, una clase de lo que sea impartida por un maestro de la materia y de la vida, puede cambiar el curso de la existencia de los alumnos.


Apasionados del Social Media. Ese es el objetivo. No es un titulo, es mucho más que eso. Es pasión, es lo que te hace levantar todos los días sin el mínimo gesto de querer quedarte en la cama, es sentirlo e interiorizarlo. Ese es el objetivo. O como dice Ben Zander, otro maestro de la música clásica, quiero músicos que se sienten sobre un sólo glúteo, que se agiten delante del piano.


Todos los maestros dicen lo mismo: Mirar dentro de nosotros mismos a través de lo que sentimos pasión. El maestro nos dice algo fundamental: No se trata de impresionar a nadie, a tu público a tu audiencia. Se trata de CONTRIBUIR. No es cuestión de lucirse, sino de aportar.

El director de orquesta no emite sonido, pero su poder depende de su habilidad para hacer poderosos a otros. Así considero esta parte de mi trabajo: despertar posibilidades en otros, y si sus posibilidades no emanan, tendré que formularme yo una pregunta: ¿Qué estoy haciendo mal que los ojos de mis alumnos no brillan?



2 comentarios:

Fernando Gili dijo...

Que bien escribe usted... interesante, prometo volver. No, espere... amenazo con volver. Ese era el verbo. En efecto.

Siempre suyo
Un completo gilipollas

Sofi in the city dijo...

Muchas gracias,

Manu