martes, octubre 14, 2008

No hay que emocionarse demasiado

Sigo en mi viaje hacia el conocimiento de las emociones y tengo que confesar que este tema me está apasionando. Pues justo cuando empezaba a sentir que mi emoción iba en aumento me encuentro con esta afirmación: Es preciso emocionarse, pero no demasiado.

Voy a intentar explicar lo mejor posible lo que esta frase significa:
Es necesario sentir emoción en las cosas que hacemos y que nos gustan, es más, esta emoción es la que hace que sigamos adelante con las tareas diarias en las diferentes facetas de nuestras vidas, pero no demasiado, y aquí está el secreto de la vida. La emoción no debe interferir en los procesos cognitivos de funciones ejecutivas, es decir, no debe interferir en la percicia, en la habilidad con la que hacemos nuestro trabajo.

En los mecanismos de seducción pasa lo mismo. Se puede estar emocionado, es más, se debe estar emocionado. Pero...¿locamente enamorado? No, no es recomendable estarlo porque entonces empezamos a perder de vista las cosas que debemos hacer, esta emoción en su grado máximo no puede, ni debe, interferir en nuestra vida diaria alienando el resto de los sentimientos porque se nos va a olvidar, no vamos  a tener tiempo de hacer las cosas que debemos hacer. Si queremos que una relación fructifique hay que compaginar, hay que conciliar el estar enamorado, o emocionado, con las cosas que debemos hacer día a día y que la emoción en su grado máximo hace desaparecer de nuestras cabezas. 

Si trasladamos esta premisa al campo profesional,  podemos decir que las personas que dominan sus emociones son aquellas que se mueven dentro de lo que se denomina el cuadrante de las actividades no urgentes pero importantes. 

Las cosas urgentes son las que necesitan una atención inmediata YA! pero no necesariamente son importantes. Las cosas urgentes actúan sobre nosotros. El timbre del teléfono es urgente, pero no necesariamente responder a esa llamada en ese momento es importante. Si trastocamos las prioridades y somos tan apasionados que nos entregamos a solucionar las cosas urgentes, entramos en estrés y agotamiento. 

La importancia tiene que ver con los resultados. Si algo es realmente importante realiza una aportación a nuestra misión, a nuestros valores, a nuestras metas de alta prioridad. Si nos colocamos en esta perspectiva de trabajo obtendremos una visión y perspectiva de lo que hacemos, estaremos en equilibrio, disciplina, control y entraremos en pocas crisis.

No es tarea fácil asimilar estos conceptos. Por otro lado, tampoco es urgente que los asimilemos ya, pero sí importante que empecemos a hacerlo. Ya se sabe como es el subconsciente, hay que tratarlo como a un niño para que nos haga caso.

Ya hemos avanzado un pasito más en el infinito campo de las emociones. Ya sabemos que debemos transmitir emoción, pero en su justa medida. No podemos caer en la trampa que los libros de autoayuda tienden a sus lectores. Emoción para hoy, decepción para mañana...pues corremos el riesgo de que nos abandonen a la primera decepción. Así que, tanto en el mundo virtual como en el mundo real, las pasiones en su justa medida.


1 comentario:

Bernzo dijo...

hola,

gracias por tu comentario, que guarderé como oro en paño. tienes más razón que un santo, una santa en este caso.

llevo unos días pensando lo mismo. no sé hacerlo de otra forma, soy así.

gracias y suerte a ti también.