Pero la actitud de esta persona dista mucho de asumir ciertas responsabilidades, pues al fin y al cabo, cobrar y no trabajar es la situación ideal. Es más, se ha planteado ampliar sus conocimientos matriculándose en cursos que contemplan diferentes disciplinas para así, cuando ya no cobre la prestación por desempleo, tener la posibilidad de acceder a un mayor número de puestos de trabajo, o simplemente esperar a no cobrar más y ver qué pasa.
Esta mentalidad es la que tienen muchos jóvenes que están sin trabajo y cobrando paro, y la cuestión que yo me planteo es ¿qué pasaría si cambiamos los patrones de comportamiento ante una situación como esta? ¿No será que estamos demasiado cómodos en nuestro confort diario y no nos apetece meter las manos en el fango para prosperar? ¿la única salida que tienen los jóvenes hoy día es hacer uno o varios máster para sobresalir y ser contratado? ¿O quizás lo más útil de los máster son los contactos que uno puede hacer mientras los cursa?
En una situación de tasa de desempleo tan alta como la que existe ahora en nuestro país creo que es hora de empezar a cambiar las reglas del sistema establecido e innovar en los mecanismos de buscarse la vida. Esta crisis nos ha demostrado que los conocimientos no nos van a salvar a la hora de enfrentarnos a una situación de desempleo. ¡Somos demasiados con un CV brillante! Y por si no lo saben, el CV está muerto.
Lo único que nos va a salvar son dos factores: la creatividad y unas enormes ganas de triunfar. Estos dos factores llevan implícitos asumir una enorme responsabilidad y una enorme capacidad de trabajo. Y mucha gente no está dispuesta ni a una cosa ni a la otra. Aquí es donde reside el problema.
La actitud más cómoda y más fácil que podemos adoptar a la hora de afrontar las situaciones es no asumir las consecuencias, y por ende la responsabilidad, de nuestros actos. Lo cómodo es culpar a alguna circunstancia, a alguna persona o incluso a algún acontecimiento desafortunado de tu situación actual. ¡Pobrecito mío! Es la excusa perfecta para no mover un dedo. ¡Eureka!
Estamos demasiado cómodos lamentándonos de nuestras desgracias personales y así dejamos que pase el tiempo y no nos ponemos manos a la obra. Mientras tanto, estamos gozando de las comodidades de estar en casa, calentitos y esperando a ver si algún contacto de papá nos puede salvar el pellejo, de nuevo.
¿Qué ocurre con la auto-promoción? Es una de las armas más poderosas que existen y muy pocas personas la ponen en uso. Hoy día con un ordenador y conexión a Internet se pueden hacer verdaderas maravillas. Pero no te engañes y no pienses que no haya que currárselo, pues autopromocionarse requiere altas dosis de varios tipos de trabajo porque primero necesitas cambiar de mentalidad y asumir seriamente que no te queda otra que trabajar muy duro y ser responsable de tus actos, y bien sabes que trabajarse la mente es lo más difícil porque tienes que ganarte la batalla.
Una vez que has llegado a este estadio de la metamorfosis se supone que ya has descubierto las múltiples herramientas que te ofrecen las redes sociales, los contactos online, la lectura de blogs de gurús de distintas disciplinas, y todo esto rastreando la red. Aquí ya estás cogiendo recorte de lo que se cuece en la esfera a la que quieres pertenecer. Es en este momento cuando es más apropiado empezar a darte a conocer. Un buen mecanismo es confeccionar tu propio blog, pero muéstrate tal cual eres, es decir, sé transparente y auténtico.
Este es un sistema para empezar a labrarte tu reputación online, y eso no es cosa de dos meses ni de seis. Pero ojo, tu vida online tiene que estar en consonancia al 100% con tu vida offline porque sino te convertirás en un vendedor de humo, y de estos ya hay miles. Crearte una mala reputación en la red es altamente perjudicial, pues ésta será un rastro que te perseguirá durante mucho tiempo y es muy difícil de borrar. No recomendable en absoluto. Pero no te obsesiones con tener una óptima reputación en la red, sino en superarte día a día.
Volviendo a la cuestión que les planteé al inicio del artículo, y teniendo en cuenta que estamos en un momento en el que es difícil encontrar trabajo, y menos aún cualificado, voy a plantear la pregunta del millón: ¿Estarías dispuesto a trabajar por unos meses gratis? Sí, gratis. Trabajar como no lo has hecho nunca y no cobrar ni un euro por ello. ¿Nunca te habías planteado este mecanismo como un sistema que te permite un aprendizaje intensivo y al mismo tiempo te creas una reputación de luchador?. ¿Serías lo suficientemente humilde como para aguantar órdenes de un jefe a cambio sólo de aprendizaje?, ¿sabrías gestionar una situación como esta y enfocarla como arma de promoción y de búsqueda de empleo cualificado? No, no es una idea descabellada. Es una opción muy válida de construir tu marca personal, y gratis.
¿Se te ocurre una manera mejor de aprender un oficio que no sea trabajando?. ¿Hay alguna forma mejor de que alguien se fije en ti sino es ejerciendo de manera brillante una profesión?. Y ahora respóndeme todavía más sinceramente, ¿estarías dispuesto a abandonar tu zona de confort y meter las manos en el fango para demostrarte y demostrarles de que contigo no puede nadie y de que consigues lo que te propones? Quien gane la batalla hoy, mañana será invencible.
Para el corazón de un luchador no existe el cansancio.
2 comentarios:
Manuela,
Es muy sano trabajar gratis unos meses para aprender, para que se fijen en ti, para demostrar tu valía...si puedes permitírtelo. Sin embargo quien pasa hambre no creo que pueda hacerlo. Por eso creo que -la necesidad- es la que determina qué actitud ha de tener cada uno a la hora de luchar (con o sin cansancio) para encontrar lo que busca.
Quien necesite un ''break'' en su trabajo, que descanse (si puede permitírselo). Quien necesite cambiar de sector para motivarse, que lo haga. Quien busque nuevos retos laborales, que investigue para encontrarlos. Quien sienta que le falte conocimiento, que se forme.
Yo creo que cada uno sabe lo que tiene que hacer. Lo que está claro en todos los casos es que hay que lucharlo, como bien dices.
Manuela,
Bien por tu blog y tus escritos. Espero poder comentar muchos otros. Un abrazo. David
Querido David (y ya te trato con esta proximidad porque tu mensaje me ha resultado especialmente cálido y cercano, supongo que reflejo de tu personalidad), debo confesarte que estoy completamente de acuerdo con tu comentario, porque es cierto que, aunque en el post me refería a aquellas personas que ven la vida desde una perspectiva del no esfuerzo, el resto de los casos que describes no tienen tantas posibilidades de hacer lo que quieren, sino lo que deben o lo que pueden.
Yo ya le eché un gran vistazo a tu blog y, sinceramente, te comentaría no uno sino TODOS los posts!! qué maravillas cuentas!! y qué suerte poder impregnarte de la esencia de todas las personas con las que te cruzas y poder llevarte algo o mucho de todas ellas. Qué bueno poder ver esos sitios tan bonitos que, mientras los contemplas, te envían un mensaje. Qué grande poder llegar a casa después del largo viaje con todo ese aprendizaje y esa luz que transmitirás el resto de tu vida.
Gracias por haberte parado a leer un pedazo de mi y haberlo comentado. Ha sido un enorme placer. Otro abrazo. Manu
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