Era el año 2007 y, por circunstancias que ya no vienen al caso recordar, tuve que dejar mi vida en Madrid para volver a mi tierra natal, Lanzarote, con una muy complicada misión encomendada. Al aterrizar en la isla, todo lo que me rodeaba era confusión y caos, por lo que tenía que empezar a poner orden y empezar por algún sitio, con alguna decisión, pero empezar.
Era la primera vez en mi vida que había decidido encontrar lo que llevaba toda la vida buscando, y las ganas de salir de ese agujero fueron las que me animaron a perseguirlo con perseverancia.
Compartía mucho mi vida con mis tíos Maica y Gonzalo. Que, a pesar de ser tíos, me llevan sólo 4 años. Iba a cenar mucho a su casa y sabían a la perfección mi situación. Un día Maica me mandó un correo y me dijo, Manu, escucha el discurso de este tipo, es altamente recomendable. Era el discurso de Steve Jobs en la Universidad de Stanford.
Nunca seré capaz de describir lo que sentí al escuchar sus palabras. Fue una emoción tan grande que me eché a llorar. Sus palabras me marcaron para el resto de mi vida y me ayudaron a reafirmarme en las decisiones que había tomado para cambiar radicalmente mi vida.
Todo lo referente a seguir a tu corazón, a mantener un diálogo contigo mismo y no parar hasta encontrar lo que realmente te apasiona, a decidir como si fuera el último día de tu vida, aprender que nada es en vano y que llegaría el momento en que conectarías los puntos, a encontrar el amor verdadero con tanta insistencia y pasión como buscabas a lo que te querías dedicar.
Llegué a Barcelona y vinieron muchas cosas buenas, excelentes. Entre estas cosas vino mi primera ponencia, fue en la Universidad de Alicante. De nuevo recurrí a Steve Jobs. Me empollé todas sus presentaciones, lo estudié paso a paso. Se presentaba con un titular, una frase corta. A continuación, la regla de tres: Exponía los tres temas sobre los que iba a hablar y los desarrollaba mediante una trama: Exposición de la situación actual, presentación del enemigo, nuestro enemigo, y al final, al héroe salvador. Era un artista.
Su consejo: Actúa como la líder que quieres ser y con mucha confianza en ti misma. Y así lo hice, seguí a mi corazón.
Es cierto que la vida se vive sólo una vez, pero no siempre somos conscientes de ello. Dejarte guiar por el corazón no es fácil, de hecho es lo más difícil, pero la vida vale la pena sólo por vivirla de esa manera, luchando por lo que realmente te hace feliz.
Yo un día tomé esa decisión, y me juré a mi misma que así sería para el resto de mi vida. Y esa lección la aprendí el día que escuché a Steve Jobs por primera vez en mi vida.
¿Cómo no voy a estar triste el día de hoy si a él le debo parte de mis avances, de mis fracasos y, por lo tanto, de mis victorias?
Si un día me juré con ímpetu y rabia que jamás iba a volver a pasar por lo que pasé, y que pese a quien pese, iba a ir a por lo que me hacía feliz, costara lo que me costara, hoy lo vuelvo a jurar públicamente y a decir, gracias Steve Jobs, pues el día que te conocí, fue el día que mi vida dio un fuerte giro hacia mi felicidad, y te prometo que así seguiré hasta el día en que me muera.
5 comentarios:
Impresionante, por tu experiencia y porque le conocieras, se sobrentiende tu tristeza, ánimo, te dejó una buena lección.
Gracias por tu comentario. No lo conocí personalmente, sino, como mucha gente, a través de los medios, pero influyó muchísimo en mi vida.
Un abrazo,
Manuela
Hace cosa de un año, por pura casualidad, di con el discurso de Steve Jobs que comentas. Poco antes de Navidades, en un momento de duda, volví a verlo, aunque esta vez con premeditación y alevosía ;-).
Entiendo perfectamente lo que has escrito porque me pasó algo muy similar: no sólo me dio aliento para perseguir mis sueños sino, como bien dijo él, para saber, en el fondo de mi corazón, que algún día yo también podría "conectar los puntos".
Por lo que leo, creo que tú los has conectado. Mi más sincera enorabuena por ello, Manuela...
Saludos de un canarión en Alemania.
Yeray
PD: "Stay hungry, stay foolish"
Mil gracias Yeray, con ese nombre es indiscutible que somos paisanos.
Yo he conectado varios puntos, pero creo que esa es una experiencia que nunca termina.
Ir a por tus sueños es lo más bonito que he hecho en mivida, pero también he aprendido que hay que saber parar, que no todo es ascender y ascender, porque sino, lavida pasa muy deprisa debajo de tus pies mientras uno se concentra sólo en avanzar.
Un abrazo y a por todas!
Manu
Gracias por los ánimos, Manuela!
Completamente de acuerdo con lo que dices. Si no, corremos el riesgo de que nos ocurra lo que cantaba John Lennon: "La vida es aquello que te va sucediendo mientras estás ocupado haciendo otros planes."
Por cierto, enhorabuena por el blog! De cuando en cuando me daré un salto por aquí, así que: hasta pronto!
Yeray
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