Mi vuelta a Madrid la puedo definir como un rotundo éxito y un viaje a momentos del pasado, pero a los momentos buenos. Madrid es una ciudad que me ha regalado momentos como ninguna otra ciudad.
Por otro lado, la vuelta al caos madrileño me activó sin agobiarme, pero al mismo tiempo caí en la cuenta de que me he dulcificado enormemente en mi retiro isleño y que no me molestaban las pitadas de los coches, ni los empujones, y mi ritmo callejero había disminuido considerablemente, parándome en los escaparates de las tiendas hasta 5 minutos. Me encanta mi tranquilidad isleña y el efecto que hace sobre mí.
También hice un par de incusriones nocturnas por la capital del reino. Fui a cenar con una pandilla de amigos divertidísmos a una mejicano que me fascinó, Órale compadre y después de ahí pa'la calle!. Debo decir que estas saliditas me sentaron de maravilla pues hacía unos meses que no salía y qué bien sientan unas copitas y unas perritas de baile para seguir al pie del cañón.
En cuanto al curro, al fin conocí a Sandra, mi futura socia si la cosas siguen así de bien. Estaba impaciente por conocerla y por empaparme de su energía para ver qué cosas me contaba de ella. Nuestro encuentro fue muy normal. En mi casa, por la mañana y hablando un poco de cada una, pero sin dar demasiados detalles íntimos de nuetras vida. Eso fue lo que más me gustó. No me suelo fiar mucho de la gente que me cuenta su vida y milagros en el primer café.
La tarde-noche anterior había asistido a Iniciador, y tengo que decir que me gustó muchísimo. Estaba rodeada de personas expertas en negocios en internet. Una vez más, o eso creo, era la que menos sabía de un tema, por lo tanto, la que más tenía que aprender. Eso siempre es positivo.
En cuanto a mi nueva idea de negocio, sigo dándole vueltas a cómo debo enfocarlo. Tengo que darle forma y contenido, pero no antes de ver cuál es el resultado de mi primera incursión comercial. (No sé si son capaces de sentir desde donde estén mi expectación, porque está al nivel máximo!!).
Cambiando de tercio, hoy es el discuros de investidura y la toma de posesión de Obama. Esto significa la marcha definitiva del payaso de Bush y también que el mundo "puede" empezar a cambiar, y nosotros debemos cambiar con él. Por lo tanto, la frase insignia de la campaña de Obama esta vez va dirigida a nosostros mismos: Yes, we can.
No hay comentarios:
Publicar un comentario