La Graciosa vista de noche. Vuelta a casa por una de sus calles principales. En la oscuridad silenciosa, detrás de las ventanas mil ojos observan atentamente lo que ocurre.
La luna graciosera. Enigmática como la tierra a la cual ilumina.El risco observa atentamente la vuelta a casa. Acercarse a la base de este gigante es una de las experiencias más especiales que existen. Toda esta isla es energía.
La estela que indica lo que dejamos atrás.Desde la oscuridad las imágenes captadas adquieren otra apariencia. Algunas parecen ser incluso un lienzo, o pueden suscitar dudas acerca de la veracidad de la mismas por la belleza que transmiten.
La Graciosa vista de noche. Sólo unos rincones, los que frecuenté estos días. Si esta isla se caracteriza por su misterio, de noche esta sensación se palpa en cada grano de arena.
Otro fin de año mágico porque no fue convencional. Gente nueva, gente de paso, viajeros. Conversaciones trascendentales, o no, pero otros puntos de vista se miran de frente con los míos, y los míos se lo agradecieron.
Gente amable, divertida, con infinitas ganas de vivir. Las personas que hemos visitado este lugar sabemos que un día aquí equivalen a 3 ó 4 en cualquier otro lugar. Conversaciones con los pescadores, cervezas intercambiando historias, aprendizaje proveniente de hombres curtidos que, después de varios años, brindan por mí. Todo un honor.
Bailes en la playa, alegría sana, amistad en su pura esencia. Reencuentros con amigos de la universidad y una mágica puesta al día de estos últimos 15 años. Miro al frente: mi isla. Me recuerda que en 15 días la abandono de nuevo. Me regala la vista de su tierra más fértil. La ilusión de una vida nueva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario